“Formula E”, Evans se corona en Roma, D’Ambrossio es el nuevo líder
Internacionales.
Su tercera temporada en la Fórmula E no había empezado de la mejor manera para Jaguar, pero la gloria llegó de manera casi inesperada… y con una alta dosis de tensión.
“Hemos sumado puntos en cada ePrix, lo cual es positivo, pero aún no hemos alcanzado nuestro objetivo”, declaraba el viernes, tal vez sin ni siquiera sospechar el vaivén de emociones que le depararía el sábado. “Estamos al inicio de la temporada, pero nuestro objetivo era estar en el podio y tenemos que trabajar para lograrlo”.
En la clasificación, Evans se coló en la ronda definitiva que decidiría al poleman, y era primero a falta de la vuelta de Andre Lotterer. El de Techeetah cometió un error que hizo pensar al equipo y a todos que Jaguar había logrado su segunda pole en la categoría (tras la de Zurich 2018). Las cámaras enfocaron a un Barclay que en el box ya celebraba algo histórico, pero tanto había mejorado la pista que, incluso con error, Lotterer robó el sueño a Evans y a su escudería.
Pero la caótica carrera cambiaría la historia. Evans se mantuvo detrás del autor de la pole durante gran parte de la prueba y aprovechó el momento justo para, en la vuelta 16, colarse por el interior al inicio de la horquilla que formaban las curvas 11 y 12 y arrinconar a Lotterer para hacerse con una primera plaza que no soltaría hasta el final… pero que tuvo que sudar.
A los últimos giros los lideres llegaron justos de energía, y a Evans le quedaba un uso del Modo Ataque que estaba obligado a emplear si no quería ser sancionado. En su primer intento no logró activarlo pese a que se desvió para pasar por la zona, lo que le hizo perder ventaja y permitió a Lotterer pegarse a su zaga e intentar un adelantamiento ganador. El neozelandés logró apretar lo suficiente para coger distancia y, al fin sí, a falta de menos de tres minutos, activar el Modo Ataque. Nada más aumentar su potencia, el equipo le felicitó y le pidió que ralentizara la carrera.
El motivo, que cada ePrix dura 45 minutos más una vuelta y, si no reducía mucho el ritmo y pasaba la línea de meta cuando el cronómetro aún no hubiera llegado a 0, tendrían que acabar ese giro y dar el extra.
Lotterer, con un 1% menos de batería que él, no pudo ni atacar, y Evans redujo la marcha, no tuvo que dar una vuelta más y llegó a la bandera a cuadros en primer lugar.
“Pensé como ‘¿qué? Eso no es lo que necesito ahora mismo”, narró Evans tras ganar. “Tuve un momento estresante cuando no logré activar el Modo Ataque, algo que no era necesario. Pero tener que reducir la velocidad cuando tienes a alguien como Andre justo en tu alerón trasero es lo último que deseas. Teníamos mucho ritmo y podía haberme escapado fácilmente con el Modo Ataque, aunque hubiera forzado a todos a hacer una vuelta más y nadie habríamos acabado”.
“Fue extremadamente importante lidiar con esa comunicación, pero fue una situación un poco inusual, y nunca he estado en una así en mi vida. Lo logramos, pero fue un poco extraño”.
La victoria de Roma fue la primera de Evans y la primera de Jaguar en la Fórmula E. Un equipo que soñaba con el podio y se despertó con un triunfo. El primero en una categoría de renombre desde el que lograron en Nurburgring 1991 en el Campeonato Mundial de Resistencia (cuando se conocía como World Sportscar Championship), aunque más tarde ganaron en IMSA.
Y Barclay no lo ocultó: “Es un alivio”.
“Este es un grupo capaz de lograr resultados así, por lo que es un alivio absolutamente. Y no es un momento de lucidez aislado, hemos tenido algo de mala suerte esta temporada y en alguna ocasión no hemos tomado las decisiones correctas. Pero sentíamos que debía llegar algo así desde hace tiempo”, sentenció.