Los últimos cuatro deportados; uno está vinculado a River, pero es vocal en Dock Sud. Los otros tres, de Deportivo Merlo

Después del empate entre Paraguay y Qatar, la Selección quedó última en su grupo en la Copa América. Pero la Argentina lidera otra tabla, mucho más oprobiosa: es el país con mayor cantidad de deportados en lo que va del torneo. Con sólo cuatro días en disputa, seis barras fueron expulsados de Brasil: dos de Almirante Brown el primer día de competencia, otros tres ayer de Deportivo Merlo y el sexto, está señalado como de River, aunque tiene una historia particular. Todos fueron retenidos en distintos aeropuertos (Salvador y Río) y mandados de regreso, tras constatarse que tienen derecho de admisión en la Argentina para concurrir a cualquier espectáculo deportivo.

La primera tanda ocurrió el viernes, cuando Ernesto “Lagarto” Chazarreta y Germán Cena fueron demorados en Migraciones. Ambos pertenecen a la peligrosa facción de “Los Dengues”, de Almirante Brown, y tienen antecedentes complicados. Tras el chequeo con las autoridades argentinas que están en Brasil participando del programa Tribuna Segura, fueron mandados de vuelta. El “Lagarto” es el más conocido en esa patria chica llamada La Matanza: llegó a ser vocal en la Comisión Directiva y siempre jugó para el peronismo en el territorio. Actualmente milita junto a la organización de Jesús Carrizo, un dirigente que vende fuerza de choque al mejor postor y tuvo múltiples causas judiciales y hasta captura internacional en 2014, por un enfrentamiento armado que dejó un muerto y siete heridos. Carrizo tenía detención domiciliaria con tobillera pero eso no le impidió volver insólitamente a la cancha en más de una ocasión. También en su grupo juega Germán Cena, el otro deportado.

La ronda siguió ayer con tres hombres de Deportivo MerloRamón I, Federico S. y Leonardo V. que intentaron llegar vía aérea y aterrizaron en Galeao, el mayor aeropuerto de Río de Janeiro. Ninguno pudo traspasar el escáner de documentos. Apenas los apoyaron saltó la alerta roja de la base de datos de los 5.120 nombres que envió el Ministerio de Seguridad que dirige Patricia Bullrich. Otra vez las consultas de rigor con Guillermo Madero, director de seguridad en espectáculos futbolísticos, y deportación inmediata. El trío integra una de las facciones más violentas de la barra del equipo donde juega el “Ogro” Fabbiani. De hecho, la interna en el club viene desde 2011, cuando tres hermanos, los Salazar, se disputaban la tribuna y el territorio, porque quien maneja la cancha también tiene los beneficios que otorga la política. Aquella guerra que incluyó múltiples heridos y muertos y pareció apaciguar un lustro atrás, renació con fuerza en 2017 con enfrentamientos dentro y fuera de la cancha, que llevaron a la Agencia de Prevención en Violencia en Espectáculos Deportivos que dirige Juan Manuel Lugones a poner a más de 70 barras en derecho de admisión. El último incidente fatal fue en diciembre del año pasado, cuando tras una pelea un grupo de la barra asesinó a Marcos Povalej, un repartidor que recibió una bala perdida. Los atacantes se movilizaban en un camión de la Municipalidad, tal como quedó demostrado en la causa judicial.

este mediodía, el que tuvo el mismo destino fue Leandro Martín Dorado, que si bien aparece en las fojas de servicio del Ministerio como barra de River, es mucho más que eso:tiene vínculos directos con la reventa de tickets de todos los partidos, maneja una relación fluida con “Los Borrachos del Tablón” y con “La Guardia Imperial”, la barra brava de Racing, y es vocal en el club Dock Sud. Pero hay más: Dorado fue la llave para la causa judicial que terminó con el allanamiento a la casa del jefe de la barra de River, Héctor “Caverna” Godoy, y el posterior ingreso de 282 violentos en el programa Tribuna Segura. Porque la Policía tenía el dato de su negocio de reventa y se pactó una operación camuflada: cuando Dorado fue, lo detuvieron y le sacaron el teléfono. Ahí estaba la clave del millonario negocio de la reventa con River cómo núcleo central. Eso ayudó a intervenir teléfonos de la barra y terminar con aquel allanamiento previo a la final de la Copa Libertadores con Boca donde se secuestró entre dólares y pesos más de 11 millones en moneda nacional.

Estamos trabajando en forma sincronizada con todas las fuerzas policiales y nos ayudó muchísimo el acuerdo de cooperación que la ministra Bullrich firmó con su par brasileño Sergio Moro. Esto nos permitió deportar ya a seis barras y a que muchos de ellos dejen de lado su deseo de venir a empañar esta fiesta que es la Copa América”, le dijo Guillermo Madero a Infobae. La prueba de fuego será el próximo domingo, cuando Argentina juegue en Porto Alegre frente a Qatar. “Si intentan ingresar, les pasará lo mismo”, aseguró Madero. Por ahora, la Copa sólo tuvo un incidente y fue justamente en un partido de la Selección, aunque lo protagonizaron un grupo de colombianos que se pelearon en la platea. Dos fueron deportados porque tenían pedido de captura por narcotráfico y a los dos restantes les abrieron una causa judicial. A los argentinos, directamente, no los dejan ni entrar.

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La pelea entre aficionados colombianos que derivó en una causa judicial