El Equilibrista

Sociedad.
Junín de los Andes. Entre la salud y la economía se debate el día a día, la vida en un péndulo y su psicología, la pandemia, un mismo enemigo y realidades distintas, cuarentena, barbijos, quédate en casa son las palabras más usadas, las reuniones y las charlas son por video, los mates y abrazos son virtuales y los besos… los besos quedaron grabados en el verso de aquel poema, recitando como un cuento del pasado generando nostalgia del presente.

Los aviones se encuentran en tierra, oxidando lentamente su plumaje de acero, las valijas están vacías, y los sueños tendrán que esperar mientras el planeta sigue su rumbo y el mundo se detuvo, en el medio nos encontramos nosotros haciendo equilibrio entre la salud y la economía, entre la verdad y la hipocresía batallando una guerra de laboratorios, sin poder ver los ojos del enemigo, y luchando contra el encierro para no ser abatidos.
Nos invade el miedo a lo desconocido, a lo que vendrá, a veces me pregunto si somos los protagonistas de una película, o solo es un sueño, será parte de un proceso de algún cambio, o somos marionetas de un poder que desconocemos, lo cierto es que hoy perdimos noción de los precios para poner en valor lo esencial de la vida, un abrazo a los viejos, o a un amigo, un café en la esquina, o un amor que quedó trunco, las mesas con velas y una copa de vino en aquel restaurante de la bahía, los cuartos de hoteles en soledad conversan con los ecos de voces perdidas, mis cañas de pesca como en penitencia siguen pescando sueños en el mismo rincón que las deje hace tiempo, todo parece haberse detenido mientras una canción me trae recuerdos y un poema pregunta que será de aquel futuro, de aquellos proyectos, de aquellos amores.
Quizás el mundo es un gran circo y nosotros sus equilibristas, pero aquí no hay red que detenga la caída y mientras muchos mueren en un hospital otros agonizan lentamente viendo derrumbar sus sueños, o aquellos que hoy no tienen un plato de comida, también esta el optimista que asegura que esto es parte del entrenamiento para mejorar nuestras habilidades y atraer mas publico al gran show, equilibristas o no nos encontramos todos bajo la misma y gigantesca carpa, y dependemos de nuestra solidaridad y la empatía para colocarnos en la situación de cada uno, que vive realidades distintas ante el mismo enemigo, sin razas ni credos mata por igual, económicamente o en un hospital, sin precios claros y compra virtual, somos soldados, cada uno en su trinchera batallando duro, no permitamos que nos gane, sigamos luchando por aquel beso y por un abrazo a nuestros viejos.
Leonel Madeja, Junín de los Andes, Neuquén-Patagonia Argentina.