Retiraron de góndolas más de 9.500 productos, la mayoría vencidos
Las inspecciones se realizaron en hipermercados, supermercados y locales de menor tamaño, abarcando comercios, mercados y autoservicios de toda la provincia durante 2022.
La dirección provincial de Protección al Consumidor -dependiente de la secretaría de Seguridad- retiró de circulación 7.735 productos vencidos y 1.770 juguetes sin el sello de seguridad argentino a lo largo del año pasado. El dato se conoció a partir del informe técnico de las inspecciones realizadas de oficio en comercios de grandes y pequeñas superficies de toda la provincia.
Dichas actuaciones fueron implementadas a través del programa “Productos Vencidos” que verifica el cumplimiento de los requisitos legales de calidad, higiene, seguridad y fechas de vencimiento de los productos ofrecidos al público.
Durante las inspecciones se retiraron de las góndolas más de 2.900 productos sensibles, que son aquellos que pueden afectar gravemente la salud de las y los usuarios que los consuman o manipulen. Los mismos fueron: 1.770 juguetes (sin el sello de seguridad argentino); 363 productos lácteos (yogures, postres, quesos, etc.); 329 pañales; 164 salsas tipo aderezo (mayonesa, kétchup, etc.); 137 productos de carnes envasadas y procesadas (milanesas, hamburguesas, etc.); 87 fiambres embutidos (salamines, jamones, etc.); 53 paquetes de leche (comunes y de fórmulas); y 7 productos de pescados y mariscos.
En ese orden, se labraron 219 actas relacionadas con productos consumibles cuyas fechas de vencimiento se encontraban expiradas. Las mismas fueron aplicadas en las localidades de Neuquén capital (77); Centenario (13); Plottier (7); Senillosa (2); Cutral Co/Plaza Huincul (80); Zapala (5); Andacollo (1); Chos Malal (8); Loncopué (6); Junín de los Andes (4); San Martín de los Andes (11); Villa Traful (2); y Villa La Angostura (3). En total se labraron 84 infracciones.
Desde Protección al Consumidor destacaron la metodología de trabajo implementada para realizar las inspecciones, que contaron con la participación de las áreas de bromatología de cada localidad. Es la primera vez que este mecanismo se lleva a cabo en forma exitosa, dado que los órganos de control bromatológicos aportaron recursos y logística para la destrucción de mercadería, garantizando que la misma no vuelva a las góndolas.
Respecto de los juguetes cabe mencionar que el sello de seguridad argentino garantiza que el producto aprobó satisfactoriamente los análisis toxicológicos de los materiales y pinturas, entre otros aspectos.