La inflación puede saltar en el país por el motivo menos pensado

Argentina y el resto de Latinoamérica se enfrentan a la incertidumbre por la devaluación del dólar de los últimos días. La moneda nacional perdió valor porque tiene una relación cuasi fija con la moneda estadounidense.
Horas de incertidumbre se viven en los mercados internacionales por la agresiva política comercial y arancelaria que lleva adelante la nueva administración republicana de Donald Trump en los Estados Unidos y un dólar que va perdiendo valor, significativamente, según varios analistas internacionales, y que arrastra con sus efectos a las monedas latinoamericanas y, principalmente, al peso argentino.
Los datos crudos indican que el dólar perdió un 4,2% de su valor desde diciembre de 2024, a pesar de muchos reportes financieros que daban cuenta de un super dólar para los primeros seis meses del presente año.
Sin embargo, la política comercial de EE.UU. y una recesión incipiente que puede transformarse en duradera en el gran mercado del norte, crearon las condiciones para tumbar esos pronósticos de un billete verde saludable y estable.
“Es un mal momento para sostener una idea de dolarizar la economía”, sostiene Alejandro González Escudero desde la fundación Economía y Sociedad. “Siempre que se mueve el dólar su cotización afecta a las economías de América Latina y, fundamentalmente, aquellas que adoptaron al dólar como su moneda oficial. Por un lado, mejoran la competitividad exportadora, pero por otro, se encarecen las importaciones, y cuando eso ocurre, produce un efecto inflacionario en los precios de los bienes y servicios que la población consume”.
La dolarización de la economía puede traer estabilidad en países con graves problemas inflacionarios, pero también hay que analizar la política de tasas de interés de la Reserva Federal estadounidense. Esos cambios suelen afectar a países como El Salvador y Panamá, atados a la suerte de la divisa norteamericana.
En Argentina, Germán Ferro, director de Maestría en Finanzas de la Universidad de San Andrés, afirmó en el diario El Cronista que “finalmente se nos devaluó el peso porque colapsan las tasas de interés en EE.UU.”.
El experto explicó que “el dólar se está depreciando brutalmente contra todas las monedas del mundo y el peso, que tiene crawling peg contra el dólar, también”.
El crawling peg es un mecanismo de política monetaria que permite ajustar el tipo de cambio de una moneda de forma controlada y periódica. También se le conoce como devaluación administrada por parte del Banco Central.
En nuestro país, desde el 1 de febrero pasado, se redujo el ritmo del crawling peg del 2% al 1% mensual, en un contexto que el gobierno festeja como de inflación descendente y apreciación del peso, cuestión que, por factores externos, podría cambiar.
Indudablemente, con este escenario, los países más comprometidos en la región americana son El Salvador, Panamá y Ecuador, que dolarizaron su economía, pero Argentina y el peso, con su relación cuasi fija con el dólar, vienen perdiendo valor frente a otras monedas como le sucede al billete estadounidense.
Por ejemplo, frente a la pérdida de valor del peso y del dólar, hay que anotar la apreciación del euro ante las dos monedas.
En declaraciones periodísticas, el economista y analista de mercado Arturo Porzecanski sostiene que “la caída del dólar es un fenómeno reciente y que, salvo que la tendencia se mantenga en las próximas semanas, su impacto podría ser limitado”.
Pero la economía se encuentra al servicio de la política y los agentes del mercado leen más los dichos y analizan los gestos de un Donald Trump que arremete y retrocede en su batalla comercial con China y otros mercados.
El ex ministro de Ecuador, Andrés Arauz, afirmó a Bloomberg que “la guerra comercial puede afectar los flujos comerciales y aumentar los riesgos para la balanza de pagos de estos países. Si países no dolarizados devalúan su moneda para contrarrestar los aranceles de Trump, pueden tener un efecto en los flujos comerciales y financieros”, de las economías atadas al dólar o pendientes de la moneda estadounidense.
El caso de Chile y Brasil pueden ser dos ejemplos de lo que podría suceder en el corto plazo. Chile viene devaluando su moneda antes del comienzo de la guerra comercial estadounidense y el peso chileno presenta un reacomodamiento de su valor desde septiembre de 2024.
Los ciudadanos argentinos de las provincias limítrofes con los países vecinos suelen cruzar con dólares para adquirir todo tipo de productos que en Argentina les costaría mucho más.
Entre las razones de esta política monetaria del gobierno de Gabriel Boric en Chile, se anotan una serie de cuestiones como la caída del valor del cobre, principal mineral de exportación del país trasandino, y el fortalecimiento que el dólar experimentó sobre el final de la administración Biden.
Analistas económicos previeron un escenario complicado para Argentina durante el 2025, luego de la victoria electoral de Donald Trump.
Se pronosticó un deterioro de largo plazo sobre un freno en la economía global, con caída de precios de las materias primas que nuestro país exporta y, sobre todo, con una reversión de los flujos de capitales que se van de los mercados emergentes para refugiarse en inversiones seguras como el oro y los bonos del Tesoro estadounidense.
Buena parte del pronóstico se está cumpliendo, aunque lo que los expertos no previeron fue la caída del valor del dólar actual.
Los expertos argentinos dan su pronóstico para el valor del dólar
Al menos hasta agosto, para la mayoría de los participantes del Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que realiza el Banco Central junto a 39 fundaciones y centros de análisis financieros, mantienen al dólar oficial con el mismo ritmo de depreciación del 1% mensual.
Según se desprende de los resultados de la última encuesta publicada la semana pasada, la cotización promedio del dólar mayorista alcanzaría los $1.069 en marzo, lo que representó un ajuste de $3,1 respecto a la encuesta anterior.
En los meses siguientes, el tipo de cambio continuaría con aumentos graduales hasta llegar a $1.124 en agosto.
De confirmarse este escenario, el Gobierno mantendría el esquema de crawling peg del 1% mensual al menos hasta mediados de año.
Para González Escudero, cuya fundación participa del REM, la expectativa estará puesta el próximo miércoles 18 porque “se reunirán los directores de la Reserva Federal y podrían mantener su postura política monetaria ante la preocupación por el alza del costo de vida”.
“Crece el temor a que las agresivas políticas arancelarias del presidente estadounidense puedan desencadenar una desaceleración económica más amplia”, agregó.
Factores que han debilitado al dólar en las últimas jornadas e impactaron en el peso argentino.
Fuente; N/A