Historias que inspiran: Lucila Sotelo encontró en el deporte un camino de superación y hoy sueña con el Mundial

Luego de sufrir la pérdida de su pequeño hijo y atravesar quince operaciones, se reinventó volcándose al atletismo y hoy integra la Selección Argentina para el Mundial Master de Montaña que se disputará en Italia en septiembre.
Lucila Ayelén Sotelo encontró en el deporte una conexión especial, un cable a tierra que con los años se convirtió en un bálsamo que le sirvió para levantarse y ponerse de pie nuevamente frente a la adversidad del dolor.
Una vida atravesada por una adolescencia difícil producto de su condición de madre primeriza, la posterior muerte de su pequeño hijo de apenas dos años, sus propias dolencias derivadas de un parto prematuro que le provocó complicaciones físicas y ser víctima de violencia de género, marcaron una vida de privaciones y malestar emocional, que lejos de limitarla, despertaron un deseo de superación.
Y es precisamente allí donde encontró en el deporte -incluso contradiciendo consejos médicos de no realizar mucha actividad física-, un motivo para renacer.
Hoy, en medio de la felicidad que siente tras ser confirmada como una de las atletas seleccionadas para integrar la Selección Argentina que representará al país en el Mundial Master de Atletismo de Montaña que se disputará en Meduno, Italia, entre el 5 y 7 de septiembre, repasa su historia de lucha y superación.

“Yo fui mamá muy joven, a los 17 años. Mi hijo a los dos años falleció, no le funcionaban bien los riñones y creo que no supe canalizar ese duelo”, rememoró.
Justamente ese trauma –analizó hoy a la distancia- “terminó por enfermarme a mí, ya que debido a todo este proceso tuve una endometriosis de pared abdominal, esto es algo que en general nos afecta a las mujeres. Me tuvieron que operar como quince veces en el abdomen”.
Llegó a estar en terapia intensiva y tuvo que comenzar de nuevo. “Me alimenté por sonda durante meses, me tuvieron que enseñar a comer y a caminar de vuelta. Mucho tiempo la pasé bastante mal, entre operación y operación me llevó un año recuperarme porque la enfermedad que tuve produce muchas hemorragias. Me terminaron ´vaciando´ porque si no literalmente me moría”, rememoró.
El cuerpo sometido a tantas cirugías tenía aún un hilo de voz, sin embargo, para alzarse y revelarse contra toda proscripción de movimiento.
“Es que con tantas exposiciones quirúrgicas me dijeron que no iba a poder hacer mucha actividad física ya que tenía que mantenerme lo más quieta posible porque no tenía contención abdominal. Pero esto era algo que no podía tolerar. De haberme sacado a mi hijo con apenas treinta semanas de embarazo –pesaba apenas un kilo y medio cuando nació-, luego su muerte y todo el proceso de las operaciones que tuve me dije: me han pasado cosas de todos los colores. Y si en esta vida estoy para para algo, no va a ser para quedarme quieta y no hacer nada”, se desafió.
En esta lista de adversidades –contó- hubo un momento que resultó ser decisivo para decidirse y lanzarse a la aventura.
“Como muchas mujeres, y también algunos hombres, me tocó vivenciar la violencia de género. Es por eso que, para huir de ese mundo, liberar un poco mi mente y mi cuerpo, me sumé a un grupo de corredores. Literalmente estaba tan mal que me largué a correr en mi barrio Z1 a lo Forrest Gump”.
Y sostuvo con orgullo que “siempre hice deporte. Cuando era chica practicaba natación y handball además de usar la bicicleta que me acompañó toda la vida, fue de alguna manera mi primer amor. Cuando comencé a correr lo hice por las bardas, soy bastante aventurera, me gustan las montañas y andar siempre. Cuando me caigo, me levanto, rendirme no entra en mi vida jamás”.
“Fueron tantos años de estar quieta en mi juventud que me dije: estoy en una edad (36 años), en la que todavía puedo sacar un poco más de mí. No tengo nada que perder. Y esa es mi postura, ser cada día un poquito mejor que ayer”, afirmó.
Lucila contó que “el año pasado pude hacer el cruce de 100 kilómetros en tres días. En noviembre, luego del mundial, tengo el Campeonato Nacional Master en Villa La Angostura de 21 kilómetros, es una distancia en la que me muevo muy bien”.
Toda esta preparación demanda un esfuerzo que asume como parte de su vida diaria. “Me levanto todos los días a las cinco de la mañana a hacer ejercicios de respiración para fortalecer mi abdomen, ya que no tengo pared abdominal. Esto se combina con el hecho de cumplir también con el trabajo, con el estudio, además de lo que conlleva llevar adelante una casa, la crianza de un hijo, ya que después de todo lo que viví volví a ser mamá. Todo forma parte de este sueño que tengo con el deporte y de representar a mi provincia”.
Lucila se desempeña en la subsecretaría de Juventudes del ministerio de Desarrollo Humano, Gobiernos Locales y Mujeres y estudia Coaching Ontológico y la Diplomatura de Transformadores Sociales.
Los restantes neuquinos que estarán en Italia
Además de Sotelo también competirán en el Mundial Master de Italia, integrando la Selección Argentina, los neuquinos Rafael Iannelli (ambos con Lucila de Neuquén capital); Vanesa Dinamarca (San Martín de los Andes); Enzo Morales (Junín de los Andes), y Darío Gauna (Buta Ranquil).
