Desde tiempos ancestrales, acompaña a las machis en ceremonias que no solo sanan el cuerpo, sino que restauran el equilibrio entre las personas, la naturaleza y lo espiritual.

En su cuero resuenan los sonidos de la tierra, los ciclos de la vida y la fuerza de los saberes que se transmiten generación tras generación.

Hablar de kultrún es hablar de memoria viva, de medicina profunda, de espiritualidad mapuche.

En el museo, esta pieza no es solo parte de la exhibición: es un recordatorio del valor de los conocimientos ancestrales que siguen latiendo en este territorio.

Este objeto forma parte del Patrimonio Cultural Inmaterial Mapuche, respetar y visibilizar el kultrún es honrar una práctica ancestral que sigue viva en las comunidades.