Identifican al joven enterrado hace 40 años en un chalet que alquiló Gustavo Cerati

Se trata de Diego, un estudiante de 16 años desaparecido en 1984. Su cuerpo fue hallado por obreros en una propiedad de Coghlan que, años más tarde, sería ocupada por el músico.
Cuarenta años después de su desaparición, la familia de Diego finalmente obtuvo una respuesta. El adolescente, que había salido de su casa en Belgrano un mediodía de 1984 y nunca regresó, fue identificado gracias a un hallazgo fortuito en una propiedad del barrio de Coghlan, en Buenos Aires. Su cuerpo estaba enterrado a apenas 60 centímetros de profundidad en el jardín de una casa que años más tarde sería alquilada por Gustavo Cerati.Ads
El hallazgo ocurrió en mayo de 2024, cuando obreros demolían una casona lindera a la del músico. Al caer una pared, se revelaron restos humanos y objetos personales que permitieron reconstruir la historia: un reloj Casio con calculadora, una moneda japonesa de 5 yenes, un corbatín escolar azul y una llave con llavero naranja, entre otros elementos que coincidían con la descripción del joven.
Diego tenía 16 años. Era estudiante de la Escuela Técnica N°36, vestía con orgullo su uniforme, entrenaba a diario en el club Excursionistas y tenía una vida ordenada. El día de su desaparición, su madre le dio dinero para visitar a un amigo, pero nunca volvió. La Policía rechazó la denuncia con una frase que aún duele: “Se fue con una mina, ya va a volver”.
El caso quedó caratulado como “fuga de hogar” y fue rápidamente archivado. La familia, desesperada, inició una búsqueda que duró décadas: pegaron afiches, dieron entrevistas y mantuvieron intacto su cuarto como un santuario. Su padre, que falleció convencido de que su hijo había sido captado por una secta, nunca supo la verdad.

La autopsia reveló que Diego murió por una puñalada en el pecho y que hubo un intento fallido de descuartizamiento con un serrucho. Los peritos creen que los atacantes actuaron con apuro y dejaron los objetos personales junto al cuerpo. Una prueba de ADN realizada a su madre confirmó la identidad de los restos sin margen de error.
Aunque el crimen está prescripto, la Fiscalía buscará reconstruir el hecho y citará a los propietarios que vivían en el lugar en 1984: una mujer ya anciana y sus dos hijos. El caso, reabierto desde la memoria y el dolor, podría arrojar luz sobre uno de los tantos misterios que quedaron sin justicia en los años oscuros de la democracia recuperada.
Fuente: Dib