El Gobierno postergó para julio el alza en los impuestos a los combustibles
Nacionales.
El Gobierno decidió frenar el aumento de las naftas al postergar un mes el ajuste del impuesto a las transferencias de los combustibles que tenía previsto entrar en vigor el 1 de junio próximo, según consignaron fuentes de la Secretaría de Energía.
Desde la cartera que conduce Gustavo Lopetegui indicaron que la decisión se tomó “para evitar un impacto en la inflación” y hoy se publicará un decreto presidencial en el Boletín Oficial con la suspensión del ajuste del gravamen a la transferencia de los combustibles.
La reforma tributaria impulsada por Cambiemos y aprobada por el Congreso a fines de 2018 estableció que la actualización del tributo sobre los Combustibles Líquidos y al Dióxido de Carbono se aplicará cuatro veces al año: en marzo, junio, septiembre y diciembre, como reflejo de los aumentos registrados en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de los tres meses anteriores.
En este caso, el primer trimestre de 2019 acumuló una suba de 11,8%. Por lo tanto, en las estaciones de servicio se esperaba un impacto en el precio por litro de entre $1,20 en el gasoil común y hasta $1,50 en las naftas y el diésel premium, en los surtidores locales.
Sin embargo, por decisión del Gobierno esta actualización quedará pendiente un mes más.
Según las previsiones de las petroleras, el incremento que estaba previsto para junio -y que ahora se corre para julio- agregaría entre 2 y 2,5 por ciento de piso de aumento a los combustibles.
Las petroleras que controlan el mercado de combustibles líquidos ratificaron que el precio en surtidores tiene un atraso de entre 10% y 15%, según la marca y producto, pero el contexto condiciona la posibilidad de recuperar parte de ese terreno.
Desde una de las compañías privadas se expresó que “una decisión de aumento de precios está muy condicionada por la situación recesiva del consumo de combustibles, y por el peso de YPF que maneja casi 60% del mercado y obliga al resto de los jugadores del sector a estar supeditados a sus movimientos”.
“Que el Gobierno haya decidido postergar este aumento es una oportunidad para las empresas de recuperar parte del costo de producción y comercialización de los combustibles, los que se encuentran en torno a 15% por encima de lo que marcan hoy los surtidores”, se explayó el directivo que enfatizó en el rol de YPF en los próximos días.
Precisamente, desde la compañía de mayoría accionaria estatal se analizaba que el anuncio del Gobierno “saca el piso de un eventual aumento que se daría sólo por trasladar el peso impositivo” que el Gobierno estimó en 1,5% del precio por litro. “De lo que se pudiera aumentar a partir de ese piso que ya no existe permitiría a la industria ganar terreno sobre la paridad de importación que refleja atraso de precios en torno al 10% promedio”, indicó la fuente.