Figueroa en una profunda crisis de identidad
Por Martín Cabrales
Las que corren son jornadas claves para la política neuquina, y horas de desesperación para el vicegobernador, Rolando Figueroa, quien parece haber caído en una profunda crisis de identidad.
No sólo porque ha decidido enfrentar al partido que lo forjó como dirigente y del que ahora reniega, sino -y quizá fundamentalmente- porque la búsqueda de un sello partidario lo llevó a bucear en los extremos ideológicos: de los K al neoliberalismo, sin escalas y en tiempo récord.
Figueroa recibió dos uppercut al mentón en pocos días. Primero besó la lona en las internas del MPN, y luego asistió conmovido al anuncio de la fecha de elecciones: 10 de marzo.
Está claro que, desde hacía rato, el mundillo venía hablando de “marzo o abril”; pero su caso es distinto porque no tiene partido. Las urnas lo bajaron de la pelea central, pero ya anunció sus intenciones de desobedecer ese fallo, y para hacerlo necesita un partido.
Fue precisamente esa búsqueda la que lo llevó a compartir dos reuniones allá, en Buenos Aires lejos de cualquier mirada indiscreta. Pretendió que fueran en secreto, pero le salió mal.
El “Rolo” se reunió tanto con el hombre de confianza de CFK, Oscar Parrilli, como con el intendente de Neuquén, Horacio “Pechi” Quiroga, pero no hubo avances en materia de alianzas o frentes.
Es que Parrilli quiere que el candidato del espacio PJ-K sea Ramón Rioseco, quien prefiere no mezclar la hacienda con aquellos a los que critica; al tiempo que Quiroga ha resuelto apostar -una vez más- a su diferenciación con el MPN.
Análisis, que hasta puede pecar de naif, frente a la irrefutable evidencia de que a los tres les conviene que Figueroa vaya solo, como pueda, y le reste al MPN. Entonces de qué hablaron. Sólo ellos lo saben, pero sólo un necio sería capaz de negar que en la oposición se frotan las manos frente a este presente que en verdad no esperaban.
“Todo esto lo tiene mal”, juró y perjuró una fuente con amplios conocimientos de los movimientos del líder Violeta; y contó que hasta les han sugerido a los que fueron precandidatos que se desafilien del partido.
No es sencillo asistir como si tal cosa a semejante versión. Entre otras cosas, porque Figueroa no ha renunciado ni al partido (que hasta hace unos meses lo tuvo como presidente de la Convención), ni a la presidencia de la Legislatura (en la que apoya su estructura política).
También en las últimas horas, el presidente del Bloque de Diputados del MPN, Maximiliano Caparroz, salió públicamente a sugerirle que dé un paso al costado.
Figueroa mira al reloj que le juega implacablemente en contra. Porque, apoyándose no sólo en los indicadores económicos con los que nutre a su slogan de la mejor provincia, sino también en que ya tiene resuelta la fórmula con la que irá en busca de su reelección, el gobernador Omar Gutiérrez puso una fecha temprana.
Fiel a su estilo, Quiroga aprovechó para patalear, pero en medio del pataleo anunció que en la semana se conocerán sus candidatos y que el viernes 14 realizará el lanzamiento. A él no lo madrugaron.
Rioseco es candidato desde hace meses y sólo le resta esperar lo que espera desde hace rato: si irá a una interna con los candidatos del PJ, posibilidad a la que se niega el sector que conduce el partido y que tiene a Javier Bertoldi y a Darío Martínez como posibles.
Figueroa, en cambio, está urgido. Tampoco lo madrugaron, pero ya jugó su interna. Entonces sigue cascoteando el rancho y varios de los que lo siguieron o siguen ya se sienten incómodos. Tanto que alcanza con comparar las fotos de los encuentros Violetas y contar las ausencias.
En situaciones como estas, la diáspora es una consecuencia natural. Más si lo que está en juego excede a los hombres. Hasta uno de sus hombres más cercanos dio un mensaje claro y contundente en las últimas horas.
El intendente de Chos Malal, Hugo Gutiérrez, apareció en un video con el Gobernador, quien lo llamó “nuestro candidato” y le aseguró todo el apoyo del partido en su búsqueda de la reelección.
Chos Malal abrirá el calendario, y el gobernador y presidente del partido trabaja de cara a esa suerte de test electoral, rumbo a las provinciales.
¿Cómo resolverá su crisis de identidad Figueroa? Es aún un misterio, por lo pronto ya ha instalado un motivo de preocupación entre muchos de los que -con sus votos- le confiaron la vicegobernación.