A 25 años de la muerte de Ayrton Senna en el GP de Imola: el accidente que forjó la leyenda
Para una gran parte de los amantes de la Fórmula 1, Ayrton Senna fue y seguirá siendo el mejor piloto de la historia. No es una cuestión de títulos ni de estadísticas, el impacto de su muerte, el 1° de mayo se cumple el 25to aniversario, trascendió la barrera del automovilismo.
Horas antes de la carrera, el 1° de mayo, Senna visitó a Alain Prost, que dialogaba con los medios. Los mecánicos no observaron comportamientos diferentes, cambios de rutina: llegó temprano al warm-up, regresó al motorhome; conversó con Niki Lauda y Berger. Demoró más de lo habitual en dejar el garaje. Pidió una bandera austríaca, porque estaba confiado en que ganaría el Gran Premio y homenajearía a Ratzenberger.
La largada del Gran Premio fue caótica, agitada: Pedro Lamy (Lotus) se llevó por delante a Jarvi Lehto (Benetton); la prueba se interrumpió, aunque con Auto de Seguridad. El relanzamiento llegó en el giro seis, la última vez que Senna pasó por la torre de control aventajaba por 675/1000 a Michael Schumacher.
Un cuarto de siglo después de la muerte, nadie sabe realmente qué disparó el accidente. Ni el juicio sustanciado pudo develar el misterio y esa tarea es imposible: el Williams FW16-Renault fue devuelto a la escudería de Grove casi ocho años después del accidente y no quedaron rastros: Williams devolvió el motor V10 a Renault y destruyó los restos.
El 16 de septiembre de diciembre de 1997, el juez Antonio Costanzo pronunció un veredicto: el accidente se había producido por la rotura de la columna de dirección modificada por Williams, una tarea que se hizo antes del inicio de la temporada por pedido de Senna, que deseaba mayor espacio en el cockpit. Pero la Corte de Apelaciones de Bologna falló en 1999 y desautorizó al juez Costanzo, aunque no ofreció ninguna teoría particular.
Los rumores sobre las falencias reglamentarias del casco que utilizó ese día Senna alimentaron el morbo, como también si la columna de dirección se rompió por el accidente o fue la que lo causó. Lo único real es que la muerte la ocasionó un trozo de suspensión que entró por el visor del casco. El corazón siguió latiendo y fue mantenido con vida hasta llegar al hospital Maggiore de Bologna, donde se lo declaró muerto a las 18.40, cuatro horas después del accidente.