Pedidos por mail, whatsapp y apps: las estrategias de pequeños comercios

Coronavirus.
Almacenes, ferreterías y otros comercios de barrios porteños, algunos con permiso para abrir y otros no, se organizaron utilizando una aplicación gratuita, pero también con carteles en las puertas de sus negocios.

Pequeños almacenes, ferreterías y otros comercios de barrios porteños, algunos con permiso para abrir sus locales y otros no, se organizaron utilizando una aplicación gratuita pero también con carteles en las puertas de sus negocios para pedir que envíen los pedidos por mensajes y mails durante la cuarentena, y en algunos casos realizan su propio delivery.
Una ferretería familiar, ubicada en la Avenida Corrientes, en el barrio porteño de Almagro, colocó un cartel en la puerta de su negocio cerrado que dice: “Tomamos pedidos por Watsupp y puede retirarlo” indicando un número telefónico.
“Me mandan mensaje y les preparo los productos para que lo pasen a buscar y muchos son gente del barrio, porque nosotros no hacemos delivery”, contó a Télam Fiang Wang, un joven taiwanés de 22 años, quien ayuda en la ferretería familiar.
Fiang ingresó hace dos días a una aplicación libre y gratuita, tubarrio.chat, por recomendación de una amiga, donde no se cobra a quienes se registran, ni tampoco comisión por venta ni delivery.

La aplicación tubarrio.chat, que figura en las redes de Facebook, Instagram y Twitter, se describe como “una plataforma online que recolecta los Whatsapp de pequeños comercios de barrio para que podamos ayudarnos entre todos” y precisan que sumaron más de 2.500 de todo el país durante el período de aislamiento obligatorio que comenzó el pasado 20 de marzo.
“Ayudemos a comercios y proveedores de barrio comprando con rapidez, comodidad y cercanía para que salgamos lo menos posible y nos quedamos todos en casa: Busca. Whatsappeá. Pedí”, se lee en su perfil de Facebook.
Martín Bogadzian tiene 44 años y ayuda con el delivery a su padre, que es el propietario de un almacén en el barrio de Almagro, sobre la avenida Rivadavia, y utiliza la aplicación.
“Mi novia me pasó la aplicación que vio en Instagram y nos sumamos porque desde Rappi o Glovo nos cobran de 22 a 27% de cada pedido y eso es la ganancia que tenemos porque no le agregamos mucho valor a los productos”, explicó a Télam Bogadzian, quien cobra 70 pesos por delivery cercano y recibe mensajes a su número personal.
“Hace unos días me quedé sin empleo, cuando cerró el boliche bailable en el que trabajaba como encargado y lo empecé a ayudar a mi viejo que está resistiendo con poca mercadería, porque los proveedores abastecen a las grandes cadenas de supermercados”, contó el hombre a Télam.
Por su parte, Gonzalo Lago, de 47 años, tiene a su cargo una veterinaria en el barrio de Caballito, cerca de Plaza Irlanda.

“Acá hay 5 veterinarios que se van rotando y me fui organizando con clientes propios y los nuevos fueron por buenas referencias, por un cartel que dejé en la puerta, por watsup o mail”, dijo a Télam Lago, quien recién abrirá sus puertas por la mañana la próxima semana y también se encuentra en mibarrio.chat.
Lago señaló que trabaja por turnos y que el veterinario “se interioriza previamente por mensaje sobre de la necesidad de la mascota para que la atención sea más rápida” y precisó que “todos tienen tapa bocas y se respeta la distancia de dos metros; además solo ingresan dos personas”.
En su caso, realiza entrega de productos, medicamentos y comida a domicilio en un radio de hasta diez cuadras sin cobrar pero los clientes pueden pasan a buscar los pedidos, aunque aclaró que “priorizamos la atención veterinaria con pacientes que están con algún tratamiento o cachorros que están en plan de vacunas”.
Fuente: Télam