Ayer 15 de Octubre se conmemoró el día Internacional de la Mujer Rural

Sociedad.
Reconquista Sta. Fe.- En la ciudad de Reconquista, la denominada Perla del Norte santafesina, a unos 20km por la ruta N°40-S, se encuentra emplazada Nicanor Molinas, en ese lugar vive la MUJER RURAL QUE HOY QUEREMOS DESTACAR Y HOMENAJEAR.
Según ONU Mujeres, las mujeres rurales representan más de un tercio de la población mundial y el 43% de la mano de obra agrícola, garantizan la seguridad alimentaria de sus comunidades, generan resiliencia ante el clima y fortalecen las economías.
Su nombre es muy popular en la zona, ya que siempre estuvo muy vinculada con la caridad y en especial dedicar tiempo en la capilla del lugar, como ser la referente para tener en su vivienda a la Virgen que recorría los hogares de esa zona, siendo una mujer rural y madre de 14 hijos, de los cuales varios de ellos se dedican a la agricultura, como lo hacía en vida su esposo (Juan “Pocho” Cusit), quien fue llamado por Dios hace unos años atrás, al igual que uno de sus hijos (Rubén Cusit).

Hoy distinguimos a esta abnegada “MUJER y MADRE RURAL” Alba Nóbile de Cusit, cuenta con 85 años, hija de Luis Nóbile y Josefina Bernardis, es una mujer con sus pasos tranquilos y hablar pausado destila humildad, una mujer curtida por el trabajo de campo, en los surcos de su rostro se refleja el paso de tiempo, sus profundos ojos celestes tienen una llama que enamora, da paz y amor de madre, sus manos que estuvieron siempre para brindarlas a quien las necesitaba, hoy están tan firme como en aquellos tiempos donde el sacrificio y la sustentabilidad se hacía sentir en el campo, hoy las brinda para sus nietos, que cuando se juntan a menudo para festejar algún cumpleaños le hace recordar esa mesa larga y rodeada de sus hijos y encabezada por el jefe de familia su esposo.

Esas mismas manos que a las 06:00hs. preparaba el mate para compartir con su compañero, mientras este se alistaba para realizar las tareas en el campo, de acuerdo a la altura del año, trabajaba en el arado, sembrando, carpiendo o cosechando. Luego se dirigía al corral en buscaba de una vaca, para manearla, hacer que comience a mamar el ternero, (para que comience a bajar la leche) sentada en el banquito y muñida de un balde de hojalata de unos 10lts. repetía esa misma tarea a unas 8 a 10 vacas. Con la leche que acababa de ordeñar la ponía a hervir para hacer el desayuno a sus hijos, comenzando a despertar a sus niños, primero por la habitación de los hombres desde la puerta de dos hojas a los que les decía (Chicos arriba ya salió el sol), ya que los 7 primeros hijos fueron varones, de los cuales uno de ellos es ahijado de un presidente, luego comenzaron a llegar las mujeres de la familia, tras el desayuno de los chicos con el resultante de la leche obtenía manteca y quesos que se consumían en la casa.

Alba amasaba el pan, con levadura casera, cocinaba en moldes de mitades de latas de aceite de 5lts. los en un horno de barro 2 o 3 veces por semana, también hacía mermeladas y postres, el lavado de ropa era a mano en la batea ayudada por sus hijos cuando se iban haciendo mayores.

Al llegar al medio día ya tenía el almuerzo para sus hijos y esposo, quien se sentaba a la cabecera de la larga mesa de algarrobo y bancos largos de cada lado, cuando uno de ellos hacia un bochinche solo hacía falta una palabra para tranquilizarlo, luego por la tarde realizaba la huerta familiar en la que cultivaba todo tipo de hortalizas, desde lechuga, tomates, alverjas, y en todas las estaciones del año, como así también plantas de cítricos, los que servían jugo fresco en las comidas. como para un postre o para la media tardes, utilizaba el jugo para hacer concentrados y con las cascaras las hacía mermelada casera, como así también criaba gallinas y chanchos para vender y consumo familiar.

Durante todo el día estaba pendiente de sus hijos, los mayores colaboraban con ella, mientras criaba a los más chicos, la casa era un total bullicio de el divertirse y correr de ellos, siempre estaba para cuando uno de ellos se golpeaba para una palabra de contención y unas caricias que curaban cualquier dolor.
Al caer la tarde sentaba a sus hijos y junto a su esposo repartía una rodaja de pan blanco casero, cortada con un cuchillo grande contra su cuerpo, siempre acompañadas con alguna mermelada o manteca hecha por ella misma, mates mediante comenzaba a preparar la cena.
Junto a sus hijos festejando sus 80 años. Junto a sus hijos festejando los 50 de uno de ellos.
Hoy recibe todo el amor que supo dar por parte de sus hijos, nueras, yernos, nietos y bisnietos, a los que acaricia como lo hacía con cada uno de sus hijos. Eso la llena de energías, sus días transcurren entre su huerta a la cual puntea, siembra y la riega todos los días, el fruto de la quinta lo comparte con su familia o con quien lo necesite, como así también sus gallinas de las cuales aprovecha los huevos, mientas realiza sus tareas, escucha la radio AM. Amanecer.
Alba fue una mujer que siempre supo dar amor. Hoy solo esta rodeada de afectos, jamás sola, ya que siempre tiene la visita de uno de sus hijos, o nietos acompañándola, compartiendo un mate, una sonrisa, una comida hecha por sus bellas manos, y esa mirada inconfundible de paz que te enamora…. ELLA ES UNA MUJER Y MADRE RURAL CON TODAS LAS PALABRAS Y CON UN GRAN CORAZÓN…. UNA MUJER DE NUESTRA ARGENTINA RURAL.
Cabe destacar que la vida en el campo antes no se compara con las comodidades que hay hoy, para iluminarse se hacía a través de un Sol de Noche, y lo más común era un candelabro los cuales eran alimentados por kerosene, se escuchaba radio y algunos podrían tener TV. o en el ramo general “El Boliche de Alegre” en cual solo realizaban las compras esenciales, ya que las compras grandes la hacían en Reconquista, siempre esperando que el tiempo este lindo, ya que si caían unas gotas era imposible transitar por la ruta ya que no contaba con asfalto, no había teléfono, y todo se hacía a pie, caballo o bicicleta, hasta que pudieron comprarse su vehículo.