Vacunas contra el COVID y trombosis: ¿A qué síntomas debemos estar atentos?
Salud.
La aplicación de la Astrazeneca es segura según la comunidad científica y las ventajas de dársela superan en creces a los posibles riesgos. Sin embargo, nadie está exento de desarrollar trombos a lo largo de su vida por otras razones: la trombosis causa 1 de cada 4 muertes todos los años a nivel global, siendo las mujeres más propensas a desarrollarla.
Esta enfermedad es prevenible y puede tratarse si se la detecta a tiempo. En ese marco, la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia (ISTH por sus siglas en inglés) lleva a cabo campañas de concientización con el fin de divulgar sus síntomas y formas de prevención, englobadas en la creación del 13 de octubre como el Día Mundial de la Trombosis.
Los factores de riesgo incluyen el embarazo, el cáncer, la ingesta de anticonceptivos y medicamentos hormonales, la obesidad, la fibrilación auricular, antecedentes familiares de trombosis, entre otros. En el caso de atravesar una internación por COVID-19 y cumplir con alguno de éstos, será fundamental aplicar medicamentos anticoagulantes para prevenir una trombosis.
Según el estudio publicado por Erik Klok y sus colaboradores en la revista Thrombosis research, se estipula que el 31% de los pacientes ingresados a una Unidad de Cuidados Intensivos por COVID-19 desarrollan una trombosis, siendo la mayoría de ellos pacientes críticos.
Los pacientes con COVID suelen desarrollar una trombosis venosa y/o una embolia pulmonar, siendo esta última la más peligrosa, ya que obstruye el paso de sangre a los pulmones. Dada la gravedad de la afección, el experto sostiene que será necesario administrar tratamientos anticoagulantes preventivos para todos los pacientes internados por COVID-19, especialmente en Unidades de Cuidados Intensivos.
En cuanto a la trombosis en general, es importante que sepamos reconocer los síntomas. Cabe aclarar que haber padecido trombosis no aumenta las posibilidades de contraer COVID, pero en caso de contagiarse, es fundamental que el equipo médico conozca los antecedentes específicos del paciente.
¡A estar atentos! Los principales síntomas de una trombosis venosa profunda son: ● Dolor y/o sensibilidad en la pantorrilla o el muslo. ● Hinchazón de la pierna, el pie y/o el tobillo. ● Enrojecimiento y/o decoloración notable. ● Calor en la zona afectada.
En el caso de una Embolia pulmonar, los pacientes pueden sentir: ● Dificultad para respirar. ● Respiración rápida. ● Dolor en el pecho (que puede empeorar con la respiración profunda). ● Ritmo cardiaco elevado. ● Aturdimiento y/o desmayo.
La afección puede prevenirse, haciendo actividad física, bebiendo abundantes cantidades de agua, cumpliendo con una dieta saludable y evitando el sobrepeso y el tabaco. Sigamos practicando ejercicio y evitando el sedentarismo y el sobrepeso, aun en tiempos de confinamiento.
Lo que tenés que saber para prevenir la trombosis.
La Dra. María Cecilia Guillermo (M.N. 51.189) comparte los tips que hay que seguir
para evitar sufrir esta enfermedad, que es responsable del 25% de las muertes de la
población mundial.
Todos podemos ayudar a evitar la trombosis y a favorecer su detección temprana. Es en
ese sentido que la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia (ISTH) realiza
campañas de concientización globales sobre la enfermedad, para que todos nos sumemos
a su prevención. En este artículo, te brindamos herramientas para evitar los trombos y
tratarlos a tiempo en caso de que aparezcan.
❖ ¡CONOCER ES PODER!
Estar al tanto de qué es la trombosis y cuáles son sus factores de riesgo es importante,
para saber cuándo acudir al médico en búsqueda de más información o tratamientos
preventivos en caso de que sean necesarios.
La trombosis es la formación de un coágulo dentro de una vena (trombosis venosa) o
una arteria (trombosis arterial). Este coágulo, llamado trombo, puede fijarse en el lugar
donde se formó o desprenderse y viajar a ciertos órganos, como los pulmones (afección
conocida como tromboembolismo pulmonar), donde reduce u obstruye por completo la
circulación de la sangre. Las siguientes condiciones incrementan las posibilidades de
desarrollar trombos:
● Obesidad.
● Cáncer.
● Trombofilia (la predisposición genética a padecer problemas de trombos).
● Haber atravesado una intervención quirúrgica reciente.
● Fibrilación auricular (un tipo de ritmo cardíaco irregular).
● Embarazo y puerperio.
● Ingesta de medicamentos hormonales.
❖ LO ESENCIAL SÍ ES VISIBLE A LOS OJOS
Sin alarmas, ¡asegúrate de chequear tu piel y tu bienestar! Los principales síntomas de una
trombosis venosa profunda son:
● Dolor y/o sensibilidad en la pantorrilla o el muslo.
● Hinchazón de la pierna, el pie y/o el tobillo.
● Enrojecimiento y/o decoloración notable.
● Calor en la zona afectada.
En el caso de una embolia pulmonar, los pacientes pueden sentir:
● Dificultad para respirar.
● Respiración rápida.
● Dolor en el pecho (que puede empeorar con la respiración profunda).
● Ritmo cardiaco elevado.
● Aturdimiento y/o desmayo.
❖ ¡EVITA EL SOBREPESO!
El sobrepeso y la obesidad, así como generan otros problemas de salud, pueden causar el
estancamiento de sangre en las venas. Por eso, es importante mantenerse en forma, a
través de una dieta equilibrada y ejercicio.
❖ ¡SAL DE LA CAMA Y EL SILLÓN!
Es importante que nos sigamos ejercitando, aun en tiempos de confinamiento. Caminar
periódicamente es una forma sencilla de prevenir la trombosis, puede empezarse con una
hora por día, dependiendo del estado físico de la persona y el consejo médico.
También existen pequeños ejercicios que podemos realizar desde la comodidad de
nuestros hogares, y que mejoran la circulación de la sangre:
● Caminar en el lugar entre 30 segundos y 1 minuto.
● Estirar las piernas, 20 segundos cada una, apoyando los brazos contra la
pared.
● Ponerse en puntas de pie sosteniéndose por una pared, luego alternar
apoyándose en las plantas de los pies, cambiando de posición entre 5 y 10
veces.
❖ NO FUMES
Fumar, así como en menor medida estar expuesto al humo, aumenta el riesgo de padecer
una trombosis venosa profunda, al afectar la circulación de la sangre y la coagulación. Hay
muchas estrategias que podemos utilizar para dejar el cigarrillo: a través de terapias
individuales o grupales, buscando ayuda en los seres queridos, utilizando parches o goma
de mascar como reemplazos temporales.
❖ CAMBIA TUS HÁBITOS ALIMENTICIOS
Evitar los alimentos con colesterol, como los embutidos o los azucarados, es fundamental
para prevenir la trombosis. Asimismo, está comprobado por investigaciones médicas que
los siguientes ingredientes favorecen la circulación de la sangre:
● El limón.
● El aceite de oliva.
● El ajo.
● El apio.
● Los arándanos.
¡Atentos! ¡Prevenir la trombosis está en sus ojos y en sus manos!
Los pacientes con COVID-19 tienen más riesgo de padecer trombosis: cómo prevenirla
Actualmente, sabemos que contraer COVID-19 aumenta las probabilidades de desarrollar una trombosis, afección que todos los años causa 1 de cada 4 muertes a nivel mundial. En ese sentido, resulta sumamente necesario visibilizarla, conociendo cómo puede afectar a la población en general y especialmente a pacientes con coronavirus.
La trombosis es una afección evitable, y que puede tratarse si se detecta tempranamente. En ese marco, la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia (ISTH por sus siglas en inglés) lleva a cabo campañas de concientización globales con el fin de divulgar sus formas de prevención, englobadas en la creación del 13 de octubre como el Día Mundial de la Trombosis.
La trombosis es la formación de un coágulo dentro de una vena (trombosis venosa) o una arteria (trombosis arterial). Este coágulo, llamado trombo, puede fijarse en el lugar donde se formó o desprenderse y viajar a ciertos órganos, como los pulmones (afección conocida como tromboembolismo pulmonar), donde reduce u obstruye por completo la circulación de la sangre.
En el caso de pacientes con COVID-19, se cree que la trombosis se da a partir de una respuesta inmunitaria desmedida del cuerpo contra el virus, que genera sustancias procoagulantes como el fibrinógeno, así como también podría ser resultado de la inmovilización de los pacientes mientras permanecen internados.
Según el estudio publicado por el prestigioso doctor Erik Klok y sus colaboradores en la revista Thrombosis research, se estipula que el 31% de los pacientes ingresados a una Unidad de Cuidados Intensivos por COVID-19 desarrollan una trombosis, siendo la mayoría de ellos pacientes críticos. Cabe recordar que los factores de riesgo para la trombosis son la obesidad, padecer cáncer, la trombofilia severa (la predisposición genética a padecer problemas de trombos), una intervención quirúrgica reciente, atravesar un embarazo, la ingesta de medicamentos hormonales o la fibrilación auricular (un tipo de ritmo cardíaco irregular).
Los pacientes con COVID suelen desarrollar una trombosis venosa y/o una embolia pulmonar, siendo esta última la más peligrosa, ya que obstruye el traspaso paso de sangre a los pulmones. Dada la gravedad de la afección, es necesario administrar tratamientos anticoagulantes preventivos para todos los pacientes internados por COVID-19, especialmente en Unidades de Cuidados Intensivos.
En cuanto a la trombosis en general, es importante que sepamos reconocer los síntomas y los factores de riesgo, ya que la misma no discrimina, los coágulos pueden afectar a cualquier persona independientemente de su ubicación geográfica, edad, sexo u origen étnico. Cabe aclarar que haber padecido trombosis no aumenta las posibilidades de contraer COVID, pero en caso de contagiarse, es fundamental que el equipo médico conozca los antecedentes específicos del paciente.
Los principales síntomas de una trombosis venosa profunda son: ● Dolor y/o sensibilidad en la pantorrilla o el muslo. ● Hinchazón de la pierna, el pie y/o el tobillo. ● Enrojecimiento y/o decoloración notable. ● Calor en la zona afectada.
En el caso de una Embolia pulmonar los pacientes pueden sentir: ● Dificultad para respirar. ● Respiración rápida. ● Dolor en el pecho (que puede empeorar con la respiración profunda). ● Ritmo cardiaco elevado. ● Aturdimiento y/o desmayo.
La afección puede prevenirse, haciendo actividad física, bebiendo abundantes cantidades de agua, cumpliendo con una dieta saludable y evitando el sobrepeso y el tabaco. Además, si forma parte de la población de riesgo o debe ingresar al hospital, también puede solicitar a su médico más información y tratamientos preventivos específicos.
Atentos a los síntomas, prevenir la trombosis está en sus manos. Sigamos practicando ejercicio y evitando el sedentarismo y el sobrepeso, aun en tiempos de confinamiento.
En este caso, ¡lo esencial sí es visible a los ojos!
Las mujeres tienen más riesgo de contraer trombosis: ¡Vigilá tus síntomas!
Las mujeres, al reunir factores de riesgo específicos en ciertas etapas de su vida, son más propensas a desarrollar una trombosis, afección que todos los años causa 1 de cada 4 muertes de la población mundial. Se estima que las mujeres embarazadas corren un riesgo 5 veces mayor de desarrollar una trombosis, y la ingesta de medicamentos con estrógenos puede hasta triplicar el riesgo de padecerla.
Esta es una enfermedad prevenible y que puede tratarse si se la detecta tempranamente. Por eso, la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia (ISTH por sus siglas en inglés) lleva a cabo campañas de concientización con el fin de divulgar sus síntomas y formas de prevención, englobadas en la creación del 13 de octubre como el Día Mundial de la Trombosis.
La trombosis es la formación de un coágulo dentro de una vena (trombosis venosa) o una arteria (trombosis arterial). Este coágulo, llamado trombo, puede fijarse en el lugar donde se formó o desprenderse y viajar a ciertos órganos, como los pulmones (afección conocida como tromboembolismo), donde reduce u obstruye por completo la circulación de la sangre.
A los factores de riesgo generales, tales como padecer obesidad, cáncer, trombofilia (la predisposición genética a padecer problemas de trombos), haber atravesado una intervención quirúrgica reciente o fibrilación auricular (un tipo de ritmo cardíaco irregular), debemos sumar los que afectan específicamente a las mujeres, como el embarazo y la ingesta de medicamentos hormonales.
En el caso de un embarazo, sabemos que el riesgo es mayor en las mujeres que realizan un tratamiento de fecundación artificial y/o in vitro. Para las embarazadas, el tratamiento implica la administración de anticoagulantes mediante inyecciones periódicas.
Cabe mencionar que durante el puerperio también se activan sustancias procoagulantes, por lo que las pacientes que hayan sufrido de trombos previamente o presenten una alteración congénita que predisponga a la trombosis, seguirán estando en riesgo unas semanas después del parto.
En cuanto a los medicamentos hormonales, es importante que las mujeres informen a su doctor/a y éste evalúe si se presentan factores de riesgo, antes de empezar un tratamiento o ingesta periódica. En algunos casos podría ser aconsejable evitar este tipo de fármacos o seleccionar los más adecuados respecto a la probabilidad de padecer trombos.
Es fundamental que conozcamos los signos que nos indican una posible trombosis, para solicitar atención médica inmediata y evitar que la enfermedad se agrave.
Los principales síntomas de una trombosis venosa profunda son:
● Dolor y/o sensibilidad en la pantorrilla o el muslo.
● Hinchazón de la pierna, el pie y/o el tobillo.
● Enrojecimiento y/o decoloración notable.
● Calor en la zona afectada.
En el caso de una embolia pulmonar los pacientes pueden sentir:
● Dificultad para respirar.
● Respiración rápida.
● Dolor en el pecho (que puede empeorar con la respiración profunda).
● Ritmo cardiaco elevado.
● Aturdimiento y/o desmayo.
Siempre se puede prevenir la afección, haciendo actividad física, bebiendo abundantes cantidades de agua, cumpliendo con una dieta saludable y evitando el sobrepeso y el tabaco. Además, si forma parte de la población de riesgo o debe ingresar al hospital, puede solicitar a su médico más información y tratamientos preventivos específicos.
Atentos a los síntomas, prevenir la trombosis está en sus manos. Sigamos practicando ejercicios evitando el sedentarismo y el sobrepeso, aun en tiempos de confinamiento.
VOCERA DE ISTH (Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia). Médica especialista en Hematología, Laboratorio de Patología Clínica y Trasplante de Médula Ósea. M.N. 51.189 (Uruguay)
Profesora / Coordinadora de la Unidad de Hemostasia y Trombosis. Departamento de Hematología, Hospital de Clínicas Facultad de Medicina, Universidad de la República Montevideo, Uruguay
Cecilia Guillermo es Profesora, Médica y Coordinadora de la Unidad de Hemostasia y Trombosis del Hospital Universitario, Hospital de Clínicas de Montevideo, Uruguay. Dirige una gran clínica de hemostasia y trombosis, y es consultora del Área de Hematología del Laboratorio de Patología Clínica.
Estudió Medicina en Montevideo y es especialista en Hematología, Laboratorio de Patología Clínica y Trasplante de Médula Ósea. Se incorporó al Departamento de Hematología de la Universidad hace 30 años y ha sido parte fundamental de su conversión en un Centro Nacional de Referencia en Hemostasia y Trombosis.
La Dra. Guillermo es miembro de varias sociedades de profesionales, incluida la Sociedad Americana de Hematología, la Sociedad Internacional de Trombosis y Hemostasia, la Liga Europea y Mediterránea contra las Enfermedades Trombóticas, la Asociación Europea de Hematología y la Sociedad Uruguaya de Trombosis y Hemostasia.
Es Secretaria y miembro del Comité de Normalización y Control de Calidad del Grupo Cooperativo Latinoamericano de Hemostasia y Trombosis (CLAHT), y ex co-presidente del Comité de Inhibidores de la Coagulación Plasmática del Comité Científico y de Normalización (SSC por sus siglas en inglés) de la ISTH. Es ex presidenta de la Sociedad Uruguaya de Hematología (2015-2017).
La Dra. Guillermo tiene un fuerte interés por la trombosis, especialmente la trombosis y tromboprofilaxis asociada al cáncer. Ha publicado numerosos papers a nivel nacional e internacional.