El Juego es Cosa Seria
En mi paso por Israel, activando con mujeres palestinas e israelíes por la paz, me ofrecen ser parte de la delegación que el Movimiento desde el comienzo de la guerra organiza y sostiene un espacio de contención y recreación para niños y niñas desde 5 a 16 años. Donde el poder del juego se instala como centro de la escena.”. El juego como constitutivo de lo humano porta un sentido, inscribir la subjetividad ya que permite la elaboración e historización, pero además es en el acto de jugar que la subjetividad se inscribe y desarrolla. Al jugar el niño se vuelve creador, hace activo lo vivido pasivamente, elabora vivencias, se identifica con los adultos a través de imitar roles o gestos, incorpora normas y reglas, se socializa.
El propósito: conectar con lo vital entre tanta tristeza y desesperación.
Conocimos de cerca las vivencias de los refugiados, escapados de una guerra y conocimos el mundo de las organizaciones humanitarias y los voluntarios y voluntarias del mundo que llegan para ofrecer lo mejor de sí mismos.
Fue sin duda un antes y un después.
Como dice LIc. Ariana Lebovic: ”El juego como constitutivo de lo humano porta un sentido, inscribir la subjetividad ya que permite la elaboración e historización, pero además es en el acto de jugar que la subjetividad se inscribe y desarrolla. Al jugar el niño se vuelve creador, hace activo lo vivido pasivamente, elabora vivencias, se identifica con los adultos a través de imitar roles o gestos, incorpora normas y reglas, se socializa”.
A cargo de Adriana Potel y Kevin Levin, miembros activos del movimiento Palestino – Israelí “Mujeres que activan por la Paz”.