El Policía y El Criancero: Amistades de Trashumancia
Neuquén, provincia de paisajes, relieves y climas únicos, pero también, tierra de gente única, muchas veces sufrida por el frio y el calor que azotan nuestro norte.
El Criancero, fiel trabajador de campo, lleno de esperanzas, que año a año prepara las pilchas, ensilla su caballo, lo monta y junto a sus perros sale y comienza con el arreo, en busca de cuidar y engordar a sus animales en la veranada llevando vacunos, caprinos, bovinos y equinos a los pastizales verdes que ofrece nuestra cordillera. Muchas veces dejando la familia en casa.
Luego llega la parte más dura, la invernada. Bajar de la cordillera con el intenso y penetrante frio, cruzando arroyos y montañas emponchado hasta el cuello, con la finalidad de no perder el arduo trabajo realizado.
El Policía, funcionario público, de campo y de pueblo muchas veces, fiel servidor de la zona, ¿Es diferente su trabajo al de un Policía de ciudad? En ciertas intervenciones, sí.
A bordo de caballos, móviles o motocicletas, salen al cruce de los crianceros con la finalidad de llevar a cabo, el operativo trashumancia, tarea que permite que el criancero y sus animales arreados transiten con normalidad y los automovilistas visitantes con precaución.
No es solo es un operativo, existen charlas, risas, mateadas, hay colaboración, empatía, que con el tiempo a veces se transforma en amistad.
Este trabajo que hoy intentamos relatar, lo llevo a cabo personal del Destacamento Manzano Amargo en los sectores Chenqueles y Cajón El Macho, Cajón Chaña Chaña, Pichi Neuquén, Huarenchenque, Cajón Navarrete, Cajón Negro, Sector Centinela, Vega Las Piedras, y el sector del Bosque Llao Llao.