Bomberos Voluntarios accidentados en plena misión de rescate

Junín de los Andes.- En un nuevo recordatorio de los riesgos que enfrentan a diario quienes dedican su vida al servicio de los demás, seis Bomberos Voluntarios de Junín de los Andes, pertenecientes al Cuartel de Bomberos Voluntarios Comandante General Marcelo Sárrate, protagonizaron un accidente mientras acudían a un siniestro vial ocurrido en la zona de Collón Cura.
El móvil 31, que había partido con urgencia hacia el lugar del hecho, sufrió un despiste y posterior vuelco debido al hielo negro, una trampa mortal habitual en los caminos patagónicos durante el invierno.
En el vehículo viajaban seis efectivos, cinco de los cuales sufrieron lesiones leves. El sexto fue trasladado a San Martín de los Andes para realizarle una tomografía computada a raíz de un golpe en la cabeza, con el fin de descartar cualquier complicación mayor, en el lugar fueron auxiliados por transeúntes, personal del Ejercito Argentino y el Personal de Salud, quienes se trasladaban en la ambulancia, la cual se dirigía atrás del móvil de Bomberos hacia el lugar del siniestro vial, quienes brindaron los primeros auxilios, ayudando a salir del rodado a los rescatistas.
“El resto del equipo está sin novedad y ya se encuentran todos en el cuartel. Queremos llevar tranquilidad a sus familias, fue solo un susto”, declaró el Comandante Domingo Zúñiga 2° Jefe del Cuerpo Activo, a este medio. Además, aclaró que la Unidad de Rescate aún permanece en el lugar del accidente debido a que deben cumplirse los procedimientos legales correspondientes antes de poder retirarla.
Este episodio pone de relieve la enorme tarea social que realizan los Bomberos Voluntarios, muchas veces invisibilizada por la rutina diaria. Se trata de hombres y mujeres que, sin esperar reconocimiento ni retribución económica, exponen su integridad física para proteger la vida y los bienes de su comunidad. Y lo hacen sin dudar, aún sabiendo que el camino puede implicar peligros tan concretos como el que vivieron sus compañeros en esta ocasión.
Más allá del susto y los daños materiales, lo más importante es que no hubo que lamentar pérdidas humanas. Pero la experiencia vuelve a demostrar que ser bombero no es solo portar un uniforme ni conducir un camión rojo: es un compromiso profundo con el otro, una vocación que exige coraje, solidaridad y un temple inquebrantable.
Que este hecho sirva para valorar, aún más, la labor silenciosa y vital de nuestros bomberos. Porque mientras muchos corren para ponerse a salvo, ellos corren hacia el peligro, con un solo objetivo: salvar vidas.